La lucha contra el amarillamiento de los plásticos es un problema frecuente al que muchos propietarios de artículos de plástico se enfrentan. Con el tiempo, la exposición a la luz solar, el aire y ciertos productos químicos puede causar que los plásticos, especialmente los de color blanco o transparente, adquieran un tono amarillento poco atractivo. Sin embargo, existe un método casero poco conocido que puede ayudarte a recuperar el color original de tus objetos de forma sencilla y económica.
Las causas del amarillamiento de los plásticos son múltiples. Los factores ambientales como la radiación UV y la contaminación pueden descomponer las moléculas del plástico, alterando su color. Este proceso no solo afecta su apariencia, sino que también puede comprometer la durabilidad del material. Por esta razón, es fundamental conocer y aplicar soluciones efectivas que ayuden a preservar tanto la estética como la integridad de nuestros objetos plásticos.
El método casero que transforma tus plásticos
Uno de los métodos más eficaces y accesibles para combatir el amarillamiento es el uso de peróxido de hidrógeno, conocido comúnmente como agua oxigenada. Este compuesto tiene propiedades blanqueadoras y es utilizado en diversas aplicaciones, desde la limpieza hasta el tratamiento de heridas. Al aplicar peróxido de hidrógeno concentrado sobre los plásticos amarillentos, se puede eliminar el color indeseado y restaurar su apariencia original.
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Para llevar a cabo este procedimiento, necesitarás algunos materiales básicos que probablemente ya tengas en casa. Reúne peróxido de hidrógeno al 12%, una esponja suave, papel plástico y un lugar bien iluminado (preferiblemente al aire libre). Es importante utilizar guantes de goma para proteger tus manos, ya que el peróxido de hidrógeno puede ser irritante.
El primer paso es limpiar a fondo el objeto de plástico que deseas recuperar. Asegúrate de eliminar cualquier suciedad o residuo que pueda interferir en el proceso. Luego, aplica una cantidad generosa de peróxido de hidrógeno sobre la superficie del plástico con la esponja, asegurándote de cubrir toda el área amarillenta. Es importante no escatimar en la cantidad, ya que esto garantizará un mejor resultado.
Una vez que hayas aplicado el peróxido, cubre el objeto con papel plástico. Esto ayudará a mantener la humedad y facilitará la penetración del producto en el plástico. Coloca el objeto al sol durante varias horas. La luz solar, combinada con el peróxido, hará que el proceso de blanqueamiento sea más efectivo.
Recuerda comprobar el objeto cada hora. Dependiendo del grado de amarillamiento y de la exposición solar, el tiempo que necesitarás dejarlo al sol puede variar. En la mayoría de los casos, notarás una mejora significativa después de tres a cuatro horas.
Cuidados posteriores al tratamiento
Después de que el tiempo recomendado haya pasado, retira el papel plástico y enjuaga el objeto con agua tibia para eliminar cualquier residuo de peróxido de hidrógeno. Asegúrate de hacerlo con cuidado, ya que el material puede estar algo delicado tras el tratamiento. Seca el objeto con un paño suave y verifica si ha recuperado su color original. Si aún ves trazas de amarillamiento, puedes repetir el tratamiento, aunque generalmente es un proceso muy efectivo.
Es importante mencionar que, si bien este método es seguro para la mayoría de los plásticos, siempre es recomendable realizar una prueba en una pequeña área poco visible del objeto antes de aplicar el tratamiento completo. Esto garantizará que no haya reacciones indeseadas y te permitirá evaluar cómo responde el plástico al peróxido de hidrógeno.
Prevención del amarillamiento en el futuro
Una vez que hayas recuperado el color original de tus objetos, querrás asegurarte de que no vuelvan a amarillarse rápidamente. Existen varias medidas que puedes tomar para prevenir el amarillamiento futuro. Almacenarlos en un lugar oscuro y fresco puede ser un buen comienzo. La exposición constante a la luz solar es uno de los principales factores que aceleran este proceso, así que considera el uso de estanterías cerradas o cajas de almacenamiento opacas.
Además, es recomendable limpiar regularmente los objetos de plástico con productos que no contengan química agresiva. Opta por detergentes suaves y evita el uso de limpiadores abrasivos, ya que pueden dañar el material y acelerar el amarillamiento.
Finalmente, si es posible, busca plásticos que estén tratados con estabilizadores UV. Estos aditivos ayudan a proteger los productos de la degradación que provoca la luz solar, prolongando la vida y apariencia de los objetos.
Recuperar el color original de los plásticos amarillentos no tiene por qué ser un desafío difícil o costoso. Con un poco de tiempo y los materiales adecuados, puedes dar nueva vida a tus artículos y mantenerlos en óptimas condiciones. La próxima vez que enfrentes este problema, recuerda que un simple tratamiento con peróxido de hidrógeno puede ser la solución que estabas buscando. Con estos consejos y cuidados, tus objetos de plástico pueden lucir como nuevos por mucho más tiempo.